Enhorabuena, ha sido un viral

 

Foto: retuit.me

Cosas de la vida. Hace poco cumplía las 100 entradas publicadas en este blog. Un blog que creé hace ya varios años con la simple intención de escribir sobre aquello que me gustaba o me llamaba la atención. Pocas veces había decidido plasmar en él mis pensamientos más profundos.

Pero hay cosas que te salen del alma y las escribes sobre la marcha. Hay quien las escribe en una servilleta mientras se toma un café en el bar. Otros, las plasman en una libreta o un papel. Yo, soy de los que las escriben en un blog. Te sientas ante la pantalla y empiezas a golpear las letras del teclado dejando que la inspiración fluya sola. Y ahí lo dejas, publicado esperando a que alguien venga y decida de leerlo.

Mi media de visitas al día a este blog rondaba las cien. Doscientas o trescientas en un buen día. «Algo es algo, al menos alguien me lee», pensaba. «O quizás solamente entran por ver lo que hay y se van espantados», dudaba después. Al fin y al cabo tampoco cuento nada que nadie ya no sepa -o directamente no les interese-, no soy una genial de la escritura ni mucho menos.

Pero ayer este blog dio un giro. Uno de mis pensamientos llamó la atención de mucha gente y también tocó la fibra sensible de muchos de ellos. No está tan mal decir verdades como puños, parece. El periodismo es un campo muy amplio. Un mundo en el que entras y cuesta encontrar tu sitio, tu camino, tu pequeño espacio. Unos encuentran su sitio en una redacción inmensa en la que alguien les dice lo que escribir. Otros, en cambio, seguimos nuestra vida realizando trabajos varios mientas plasmamos nuestras cosas a través de un simple blog. Pero, nadie puede dudar que ambos son periodismo. Uno más respetado y otro en un camino paralelo, más silencioso. Pero, sin duda, para un periodista o comunicador no hay mayor honor que abrir sus estadísticas y encontrarse con buenas noticias. Más de 20.000 visitas a mi artículo de ayer, ‘L̶i̶m̶p̶i̶a̶ ̶c̶u̶l̶o̶s̶, limpia penas’. Más de 30.000 personas que han decidido perder parte de su tiempo en leerme. Miles y miles de lectores que me leyeron y decidieron hacerme un hueco en sus redes sociales compartiendo mi artículo.

Eso es algo que no pasa todo los días. Y menos a mi. Puede que, de hecho, no me vuelva a pasar.

Así que, llegados a este punto, solo puedo agradecer a todos aquellos que me han leído, que me hayan compartido, me hayan odiado al leerme o se sientan agradecidos con mis palabras.

Más de 20.000 gracias para todos vosotros/as.

Me quedaré con la agradable sensación de haber sido viral en un día cualquiera de verano.

¡Salud!


Que me emociones. O, por lo menos, que dejes que me emocione.

Que nos emocionemos.

Sí, te lo pido a tí. Periodista de 50 y tantos que mira a los que son (más) jóvenes con compasión. Y sentenciando: “Esto (el periodismo) ya está muerto”.

Carmen Basteiro

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